Hotel Posada del Castaño Castano de Robledo, Castano de Robledo

La verdad es que tuvimos una experiencia maravillosa en la Posada del Castaño. Craig y Sasha son los anfitriones perfectos, brindan atención y generosidad en cada detalle. La caminata por el campo es un auténtico deleite, aunque el alojamiento es sencillo, se compensa con la belleza de los alrededores y el ambiente acogedor del pueblo. Sin embargo, debimos estar preparados para la tranquilidad extrema, ya que encontramos poca actividad en los pueblos que visitamos.

Tuve una experiencia increíble en la Posada del Castaño. Craig y Sasha son unos anfitriones excepcionales que se aseguraron de que todo estuviera en orden durante nuestro recorrido. El paisaje es hermoso, ideal para los amantes del senderismo, aunque el alojamiento en algunas ciudades podría ser un poco básico. Definitivamente, la relación calidad-precio es excelente.

Tuve una experiencia increíble en la Posada del Castaño ubicada en la Sierra Aracena. El tour de senderismo autoguiado que ofrecieron Craig y Sasha fue excepcional, donde disfruté de un entorno hermoso y tranquilo. Las B&Bs donde nos alojamos eran encantadoras, pero me hubiera gustado un poco más de comodidad en algunas partes. La comida y la amabilidad de los anfitriones realmente hicieron que la estancia fuera especial.

Tuvimos una experiencia maravillosa haciendo una ruta de senderismo autoguiada ofrecida por Craig y Sasha. Aparte de caminatas por un campo muy bonito, disfrutamos de alojamiento acogedor y comida deliciosa. Cada pueblo tenía su encanto, y Almonaster, la Real, con su mezquita del siglo X, fue un verdadero hallazgo. Sin embargo, no vimos a mucha gente en el camino, así que podemos decir que fue un poco solitario. En general, fue un viaje absolutamente encantador y relajante.

Tuvimos una experiencia increíble con un tour autoguiado de senderismo organizado por Craig y Sasha. La caminata nos llevó a través de un campo hermoso y tranquilo, donde apenas encontramos a otras personas. Las casas de huéspedes en las que nos alojamos eran encantadoras y cada pueblo tenía su propio encanto. Sin embargo, Almonaster, la Real destaca con su mezquita del siglo X, lo que hizo que quisieramos quedarnos más tiempo. En general, la vida es tranquila, la comida es deliciosa y los anfitriones fueron excepcionalmente generosos y útiles.